Además de sus buenas cualidades como alimento, otra razón para beber vino es porque nos gusta, porque nos apetece, por puro hedonismo. Hay mucho trabajo detrás de una botella de vino: años de esfuerzo en la viña, mucha sabiduría y trabajo en la bodega, para conseguir que el consumidor pueda disfrutarlo. Para poder disfrutar de la toda la calidad de una botella de vino, sólo puede hacerse con moderación, eligiendo el vino adecuado, así como la comida y la compañía que nos ayude a disfrutarlo.